martes, 23 de octubre de 2018

Pollo guisado de la abuela

Esta receta de pollo está de rechupete, al día siguiente está incluso más sabrosa.

No utilizo grandes verduras, porque a mi marido no le gusta el sabor fuerte que dejan, pero se puede enriquecer con algo de zanahoria en el sofrito o lo que más rabia os dé.




Personalmente me gusta pedir un pollo entero a ser posible de corral o lo mejor alimentado posible, lo que el bolsillo permita, tened en cuenta que al pedir la pieza entera sale mejor de precio.
Se puede congelar posteriormente, pero sin la patata, que se puede añadir a posteriori o bien cociéndola o haciéndola en el microondas, o simplemente frita, en formato puré…

La receta es laboriosa pero bien sencilla y mi hijo de cuatro años disfruta muchísimo.

Ingredientes:

-      Un pollo entero cortado en piezas, o se pueden usar pechugas cortadas, sólo muslos…
-      Una cebolla cortada
-      Unos 5 dientes de ajo laminados
-      Brandy (en su defecto vino blanco)
-      Caldo de pollo o agua
-      Sal, pimienta y hierbas de aderezo (sazonador de pollo)
-      Harina
-      Aceite
-      Patatas cortadas en gajos
-      Opcional un caldito si usáis agua o Bovril

En una superficie plana, salar las piezas de pollo, añadir pimienta y los sazonadores, y aprovechar antes de dar la vuelta a cada pieza para enharinar. Repetid por el otro lado.
Verter aceite en una olla y freíd un poco el pollo, retirad de la olla.
En el aceite que queda, freír los ajos y la cebolla, cuando estén tiernos añadir el brandy y dejar evaporar el alcohol.
En ese momento yo retiro la olla del fuego, cojo la minipimer y trituro la salsa para que nadie se encuentre trozos de cebolla.
Volver a poner la olla al fuego, añadir el caldo/agua con o sin el caldo o Bovril y remover un poco. Introducir de nuevo el pollo, añadir las patatas que previamente hemos pelado y cortado en gajos (para que suelten el almidon), tapar y dejar unos veinte minutos.

Si no espesa la salsa y os gusta más espesa (al día siguiente habrá cogido algo más de cuerpo) podéis diluir un poco de harina en agua fría en un vaso e incorporarlo a la salsa para que espese.

Ésta, es la típica receta de toda la vida, que no requiere gran trabajo y que nos aporta todo el sabor de los fogones tradicionales. Se puede dejar hecha con antelación y como digo, incluso congelar con la salvedad de que la patata no se congela.

Como firmaba mi abuela en su recetario, ¡buen provecho!

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